El astillero del tractor


Esta gran nave de oficinas se construyo a principios de los años 50 como ampliación de una importante compañía de astilleros. La compañía se dedica a la fabricación de buques pesqueros de gran tonelaje, de hasta 200 metros de eslora. La plantilla del astillero en aquella época estaba formada por 150 empleados y 1200 operarios, que con los años fue aumentando llegando a ser una potente empresa manufacturera. Los problemas empezaron con la crisis del petróleo en la década de los 70, hasta su cierre definitivo junto con otros astilleros en los años 80. La nave se conservaba perfectamente hasta que se derribó y vació parte de su estructura hace siete años. Ahora, en la gran explanada donde antes había naves de construcción solo quedan restos de vigas y tuberías, además de un viejo tractor ebro55 y alguna grúa comida por la vegetación. En la nave de oficinas solo se conserva algún plano rebuscando entre los escombros.























La fábrica de ataúdes


Esta cooperativa de fabricación de ataúdes contaba en su día con mas de 50 trabajadores. Revisando papeleos que quedaban por alli, parece ser que la fábrica cerro sus puertas en el año 2004 por temas económicos. En 2010 se produjo un incendio en uno de los silos donde se acumulaba el serrín y las llamas arrasaron gran parte de la estructura. Si embargo, la zona del despacho y un par de salas con algunas muestras de ataúdes en perfecto estado se salvaron de las llamas. Las lluvias y humedades hicieron que durante estos últimos años naciera la vegetación de entre los escombros y ataúdes calcinados. Es un sitio que ya queda poco que ver, pero el material que perdura, cruces, cristos y ataúdes impactan a cualquiera.




























La casa del campesino


Esta antigua casa, rehabilitada posteriormente por sus dueños, se compone de un bajo de bodega y dos pisos de vivienda. En el piso inferior esta la cocina, baño y salón-comedor, en el piso superior tres habitaciones y una pequeña sala de estar. La casa cayó en el abandono hace unos diez años tras el fallecimiento de sus dueños, quedando numerosos muebles y objetos personales en su interior. Ahora, un campesino aprovechó el terreno de la vieja casa para cultivos.