La casa del alcalde


Esta antigua casa perteneció a un historiador y político que llegó a ser durante unos años el alcalde del municipio en el que se encuentra. Esta información se consiguió de una gran cantidad de postales tiradas por el suelo en una de las habitaciones, todas ellas datan de entre los años 60 y 80, escritas por una de las hijas que residió en Suiza. 
Viendo todo el aspecto de la casa parece que ya hace muchos años que nadie vive ni entra en ella. Las plantas empiezan a penetrar ya por las ventanas del segundo piso. Contrastando un montón con la época de la casa, el/la dueño/a, viendo el estado de abandono y el mobiliario que aun tiene en su interior, se encargó de conservar bien todo, tapiando a fondo las posibles entradas. Y la verdad es que lo consiguió, en cada habitación había numerosos objetos y mobiliario que perdura con el paso del tiempo.
La casa sorprende por su tamaño, tres pisos de vivienda conectados por una imponente y oscura escalera. Los suelos y techos son de madera y está todo muy bien conservado. Una pena en la estética de la foto del salón, tener de fondo una fea pared de ladrillo contrastando con el antiguo menaje.








































La casa de la vela


Entrar en esta casa fue de lo más sencillo, todo el mobiliario perdura gracias a lo recóndita que esta. Pocas personas transitan ya por la vieja carretera que llega a su destino. La razón más probable de su abandono es el fallecimiento de sus dueños, que seguro que vivieron en la casa durante muchos años. Guardaba cantidad de recuerdos metidos en varios baúles y maletas. Tuvo una reforma reciente pero la casa data de más antigua,  fue construida sobre las cuadras de los animales. En la mesa del salón principal había numerosos cuadros familiares que te hacían pensar en que sería de toda esa gente del pasado. Con mucho respeto, se nos ocurrió sacar algunas fotos con la luz de una vela, un tono que le daba al lugar aun más misterio.