La vieja cárcel (2ª parte)


Poder ver esta vieja cárcel cerrada hace ya veinte años fue toda una aventura. Vistas las instalaciones del piso principal y algunas del primer piso, seguimos avanzando, siempre con mucho respeto. Cada pasillo era una sorpresa. 
Fue fácil reconocer el uso de muchas salas, como fue la capilla, el gimnasio o diferentes talleres con maquinaria de aprendizaje. Las celdas eran un poco más amplias pero con más camas, en algunas los internos compartían su condena con otros dos hombres en la misma celda. Pasando ese pasillo se accede al patio exterior, con campo de fútbol, baloncesto y una pista de tenis camuflada entre la maleza. Subiendo ya al piso superior se encuentran los barracones compartidos, con al menos una docena de camas de hierro y baños comunes. En este piso, uno de los barracones era exclusivo para las mujeres.
Da gusto encontrar lugares sin apenas vandalismo, conservados tal y como estaban el día de su cierre, únicamente deteriorados por el paso del tiempo.
Entrando desde móvil u ordenador podéis pinchar en cualquier imagen y acercar para verla con más detalle.




























La vieja cárcel (1ª parte)



Acceder al interior de esta vieja cárcel no fue nada fácil. Los internos lo tenían bien difícil para fugarse, pues casi tanto para entrar veinte años después de su cierre. Funcionó durante apenas una década, durante los años noventa. Con la construcción de una prisión regional más grande, estas instalaciones quedaron en desuso. Se nota el desgaste del tiempo en toda la estructura, con oxido en gran parte de los hierros o caída de varios techos de escayola. Pero tras veinte años sin mantenimiento, los pasillos y celdas parecen seguir guardando duras historias carcelarias.
La cárcel se distribuye en tres pisos con pasillos de doce celdas.  La distribución de las celdas en cada piso era diferente, supongo que dependía del tiempo y grado de condena. Las del primer piso eran individuales, con la cama a un metro de la letrina. Las del segundo con litera y algo más grandes. Las del tercero con hasta tres camas y baño más decente en una esquina. Pero además de celdas, la cárcel también contaba con habitaciones compartidas con una docena de camas, cocinas, el comedor, varios despachos, diferentes talleres, una capilla, una sala de proyecciones, enfermería,  dentista, una pequeña biblioteca de formación profesional,  un pequeño economato para internos y funcionarios, salas de vis a vis, gimnasio y patio exterior con campo de fútbol, baloncesto y tenis para los tiempos de ocio.
Esta primera parte del reportaje está centrada en el piso principal y algunas estancias del primer piso. En la planta principal se sitúa el comedor, donde los internos hacían cola para pasar a por su bandeja de comida , varios despachos administrativos, alguno  con las fichas de los presos aun en los archivos, salas de vis a vis para recibir a los conocidos sin tener contacto físico y el primer pasillo de celdas. Ya en el primer piso se encuentra la capilla, la enfermería con una silla de dentista especialmente tétrica, el segundo pasillo de celdas, más amplias pero con más camas y el patio exterior donde se accede a varios talleres.