El pazo saqueado


Este pazo construido en el siglo XVII, pertenecía a una importante familia de la época, pasando posteriormente a otra familia de prestigio.

En su fachada de mampostería y sillería de granito, aun conserva los escudos heráldicos de estas dos familias.

El pazo consta de dos plantas con una importante torre y una capilla exterior, además de una finca con hórreo y palomar.

A día de hoy el pazo pertenece al ayuntamiento. Estuvo varios años protegido con alarmas pero ahora solo se mantiene en la capilla, por lo que ha sufrido varios robos... de no ser así, este pazo conservaría mucho material interesante. Ahora las habitaciones dan pena, solo en alguna zona se aprecia algún detalle de la elegancia que tenía.

Solo pude acceder al segundo piso de vivienda, ya que desde ahí no hay acceso a la planta baja, bien cerrada desde el exterior. Imagino que tendrá una bodega y almacén, como los típicos pazos gallegos. Junto con la capilla quizás sea la parte más intacta del pazo, oculta y protegida.




























La fábrica del artista


Esta empresa, ubicada en una gran parcela de 14.000 m2, fabricaba todo tipo de productos de plástico; Mesas, sillas, juguetes o maniquís, que ahora están expuestos dramáticamente por toda la fábrica.

En el año 2000 fue comprada por una multinacional, que a los pocos años se olvidaría de ella llevándola a la ruina.

La fábrica cerró sus puertas en 2006, conservándose bastante bien hasta hace pocos años, cuando dejó de ser vigilada y empezó a ser escenario de robos y vandalismo.

En este gran escenario, un artista del sprai se ha aprovechado de la situación. Numerosos graffitis decoran muchas de las paredes de la fábrica. Quien maneja decora y no mancha.