La villa de los frescos

 

Es increíble la historia que esconde Portugal en sus innumerables palacetes, villas, quintas y casas con un pasado señorial. Una historia que es narrada por los libros y la gente que vivió en aquella época, pasando de generación en generación y que nosotros sentimos cuando estamos dentro de uno de estos lugares con tanto pasado. Esa sensación de vivir el presente y sentir el pasado es lo que verdaderamente te llevas y te motiva a seguir explorando lugares abandonados. 

En esta villa, su fachada de tres pisos ya imponía desde la carretera. Está totalmente descuidada y a merced del paso del tiempo, albergando salones increíbles como el que os muestro con entusiasmo. Con unos techos enormes de madera con logrados acabados y molduras, frescos de paisajes en sus cuatro paredes y un mobiliario de madera de la época. Cada rincón tenía sus detalles y era bonito de fotografiar. 

Los azulejos típicos portugueses no podían faltar. Decoraban el pasillo de entrada principal y los cuartos de baño.

Sin más dilación os muestro el reportaje que pude hacer de la casa, con poca luz y mucho calor en aquella tarde de primavera. A pesar de ello, la sensación fascinante de estar en esos salones es difícil de olvidar, ojala trasmitíroslo con las fotos. El lugar bien lo merece.
























1 comentario:

  1. Impresionante.... ¡¡Lo que daría por poder acompañarte!!

    ¿Cómo consigues entrar en esos sitios? No hace falta que cuentes todos tus secretos, pero me parece mentira que espacios así sean accesibles "libremente".

    Gracias por compartir!!

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