Quinta de la escalera


Nos adentramos esta vez en otra hermosa quinta portuguesa. Dedicada a la agricultura y especialmente al vino. No se pudo averiguar mucho de su historia pero seguramente haya pertenecido a un emigrante que hizo fortuna en el extranjero, como tantas otras casonas similares que hay por el país luso.

Es impresionante la grandeza de las habitaciones, los altos techos, la elegancia de la madera y vidrieras en puertas y ventanas de toda la casa. Impresiona también su escalera central, con un tragaluz que la dota de una luz especialmente bonita.

La mayoría de las estancias estaban vacías, solo una curiosa biblioteca y un par de habitaciones conservaba todos los muebles. Cama, mesilla, armario, tocador, biombo, sillas e incluso utensilios que seguramente hayan sido de la última persona que habitó en la casa.

Ese día la sesión de fotos parecía no estar de acuerdo. Al abrir la mochila comprobamos que olvidamos el angular, por lo que hubo que conformarse con un 50-85mm. Al rato empezó a fallar la cámara y dejó de funcionar a mitad del reportaje, justo antes de retratar la preciosa biblioteca.

La idea siempre fue regresar a este lugar para completar una segunda parte del reportaje pero lo cierto es que cada vez tenemos menos tiempo para hacer incursiones urbex y si le añades una pandemia por el medio, la vuelta sigue resistiéndose.  Cabe añadir que por supuesto, la historia continuará.





























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