Continuando con la saga de
las vueltas a lugares ya explorados, esta vez volvemos a la universidad
fantasma. Con el motivo de siempre, confiar en la preservación del lugar, ver
su estado, disfrutar de la visita sin alterar nada y mejorar la calidad del
reportaje.
Pocos lugares tienen tanta
historia como este. Comenzó a finales del siglo XIX como colegio religioso y
universidad, pasando repentinamente como campo de concentración de prisioneros
políticos durante la guerra civil. Al acabar la guerra, el lugar volvió a
ejercer de colegio religioso, pasando una época dura de posguerra, de hambre y
escasez de recursos, aguantando hasta finalmente cerrar sus puertas comenzando
los años 80. Sin apenas mantenimiento, el recinto año a año cae más en la
decadencia, incluso en algunas zonas desplomadas ya es riesgo de ruina.
La primera visita allá por
2015 la recuerdo como uno de los mejores lugares que había visitado por aquel
entonces, no por el valiosismo material sino por la grandeza y pasado del lugar.
Por lo que al año siguiente volvimos con go proo (primera cámara con la que nos
adentrábamos en lugares abandonados) para reflejar el encanto que seguía
teniendo este lugar. Ahora, con mejor cámara para esta afición (Canon 600d)
merecía la pena volver y hacer un mejor reportaje de este lugar. Retratando su
capilla, su teatro (zona que más sufrío cambio debido al desplome del techo),
su hermosa galería de la que ya es dueña la jungla interior, o los pasillos
fantasma, únicamente con ruidos de ventanas que golpean con el viento.
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