El caserón del Bedford


Este gran caserón fue construido sobre tierras de diferentes cultivos. Como bien se puede apreciar con los viejos aparatos de campo guardados en la bodega, los dueños de esta propiedad se dedicaban en especial al cultivo de la vid. En su interior, después de unos veinte años de abandono, aun conserva algunos muebles sueltos, aunque lo que más llama la atención es su escalera central, con un curioso billar a un lado. En la finca del caserón se encuentra una solitaria capilla y una fotogénica camioneta Bedford, que a pesar de su deterioro, no deja de ser el atractivo de la foto exterior.



























La casa de las creyentes


Esta pequeña casa sorprende por la cantidad de objetos y mobiliario, demasiados en tan poco espacio.
Se compone de tres habitaciones, salón-comedor, cocina, una galería, un bajo de almacén y un desván. En el salón, la mesa ocupaba casi todo el espacio, al igual que la cama en una de las habitaciones, todas cargadas de objetos. 
Ojeando las ropas de las habitaciones y diferentes cuadros, se sabe que antes del abandono, por la vegetación crecida en el jardín calculo que hace unos 5 años, vivieron dos ancianas, que o bien fallecieron o se trasladaron a otra estancia, dejando la mayoría de sus pertenencias en la vivienda. Destaca la cantidad de cristos, vírgenes y fotos religiosas repartidas por toda la casa, a modo de protección, y la verdad es que la vivienda se mantiene en perfecto estado.