En esta segunda parte del reportaje, me adentro un poco más en las entrañas de esta antigua base militar construida en 1916, que además de una escuela naval, tiene una gran variedad de edificaciones.
La visita fue rápida y sigilosa, debido a su alta vigilancia. Tras la vegetación acumulada en 15 años de abandono, pude colarme en los edificios donde estaban los barracones de los marines. Aunque hayan sido vaciadas gran parte de las instalaciones, aun se reconocía la función de cada sitio.
En la planta baja se encuentran diferentes salas, como las cocinas, el comedor, la lavandería, una pequeña peluquería, aulas de trabajo, una sala de descanso, un taller o una amplia sala de proyecciones. En los pisos superiores se encuentran los barracones, en total doce grandes salas con colchones por todas partes, ya que las literas fueron vaciadas. Anexo a cada barracón están los baños, con lavabos, orinales y duchas suficientes para todos. Por último, en lo más alto se encuentra un trastero con sillones, sábanas y algún electrodoméstico de la época.
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