Esta es quizás la casa más pequeña y simple en la que he
entrado. Dos habitaciones básicas, un saloncito, la cocina y un minibaño forman
la vivienda de 60 m2. Por lo menos tiene un jardín espacioso, donde ahora yacen
las hojas muertas de dos palmeras que hay en la entrada de la casa, afectadas
por el dichoso picudo.
Una plaga en expansión que está acabando con todas las
palmeras de la zona, muy común verlo ahora en lugares abandonados. El picudo rojo es un escarabajo originario del sudoeste asiático que comenzó su expansión por la Península en 1993 debido a la introducción de palmeras ornamentales infestadas desde el norte de África. Colonizan las palmeras devorando el interior del tronco hasta debilitar y provocar la muerte del árbol. En este caso las palmeras ya estaban debilitadas debido a su falta de mantenimiento, lo que provocó el asentamiento del picudo allá por 2016.
Como veis, bastó apenas un año para ver las palmeras en total devastación. Me desvío!
Esta casita fue abandonada en 2009 según el típico
calendario de la cocina, y desde ese año no parece haber entrado nadie, o por
lo menos así lo indicaban las numerosas telas de araña que colgaban de todos
lados. Sin embargo, la simpleza y lo inalterado que estaba todo merecía un
reportaje.
Así lucían las palmeras en 2015, casi cubrían el tejado de la casa. En cuanto el picudo empezó a instalarse en la copa de la palmera, las hojas empezaron a caer sobre el tejado. Por precaución la maleza fue recogida y hoy en día se encuentra amontonada en la finca para ser quemada.
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