Los ataudes de nadie


Muy pionera en el sector, esta industria maderera se dedicaba a la fabricación de ataúdes. Fue inaugurada a comienzos del siglo pasado, con apenas cinco trabajadores al cargo. El legado familiar continuó con la profesión durante años hasta convertirse en una gran industria funeraria exportadora de ataúdes por toda la región. 
Fabricaba ataúdes de todo tipo, más elaborados para quien se lo pudiera permitir y más básicos para aquellas familias con menos recursos.

La fábrica se mantiene todavía bastante intacta, con mucho material original en su interior. Varios ataúdes descansan aun en repisas exteriores, que con el paso del tiempo se convirtieron en total descomposición junto con la vegetación del lugar. Fijaos si permanece intacta que aun guarda dos vehículos de su época, un camión Sava de 5000 kilos de carga y un clásico Austin 1100 de algún propietario o trabajador que por cualquier circunstancia han quedado estancados en el tiempo.

























La mansión de los Simca


En esta vieja mansión residió una familia acomodada de la época, claramente aventajada económicamente con respecto a las demás casas del pueblo.

Ojeando numerosas fotografías y cartas esparcidas por la vivienda se aprecia que concretamente el hombre de la casa fue capitán de barco en los años 40, oficio que por aquel entonces daba dinero.

Poco más se puede averiguar con respecto a quien habitó aquí sin preguntar a algún vecino del pueblo de esos que todo lo saben pero si se puede intuir en que época quedó abandonada la vivienda por las numerosas antigüedades que se encontraban en todas las estancias. Desde botellines de cerveza de una marca ya desaparecida, a diferentes objetos del siglo pasado que parecen no haber evolucionado desde los años 70.

Pero en esta mansión son dos cosas las que verdaderamente llaman la atención. Los numerosos baúles repartidos por toda la casa, por lo menos 15 baúles llenos de ropas y papeles. Y la sorpresa de bajar al garaje/galpón y encontrarse con dos antiguos simcas estancados de los años 60, en bastante buen estado de conservación.

Identificar coches antiguos no es nada fácil, pero con ayuda de internet pude averiguar modelos y años. El primero es un Simca 900 del 66, con 30200 km recorridos como bien se aprecia en el contador. El segundo un Simca Aronde del 61. La chapa exterior de ambos coches ya esta comida por el oxido en muchas zonas pero el interior estaba impoluto, desde luego era todo un lujo tener estos motores en el garaje de tu casa en aquella época.





















Simca 900:





Simca Aronde: