La fábrica de alcohol



Esta antigua fábrica de 1882 producía cerca dos millones de litros de alcohol al año, siendo una gran industria durante casi un siglo. Cuando su maquinaria y procesos para la elaboración se quedaron anticuados y superados por otras grandes industrias en la década de los 70, la fábrica pronto dejó de funcionar, siendo cerrada en 1969. Ahora la propiedad pertenece al ayuntamiento y está a la espera de ser demolida. Tras casi 50 años “seca” aun se conservan bien algunas instalaciones, es el caso del laboratorio químico, lo más interesante del lugar.


































Villa Izabel


Esta pequeña villa, construida a la orilla de un hermoso lago, lleva deshabitada desde los años noventa tras la muerte de sus dueños.

Se puso a la venta pero a los pocos años fue olvidada.
La entrada te da un agradable recibimiento “Bemvindo seja quem vier por bem” asi que con buena intención decidí explorarla. Después de subir una pequeña escalinata, llegué a la vivienda, donde por sorpresa la puerta de entrada estaba reventada…alguien había ido ya pero con mala intención, dedicándose a pintar la pared y seguramente a romper con todo.
Solo la zona del salón y el cuarto de baño se podía asemejar a lo que en su día fue, las demás habitaciones estaban vacías Una humilde villa en el lago que pensé que estaría bastante intacta, pero de una zona turística nadie se salva.

















Hotel Monte Palace (2ªparte, interior)



En esta segunda parte del reportaje muestro el  interior del hotel, expuesto a la húmeda intemperie al estar abierto por todas partes. Mi experiencia fue la siguiente:

Este hotel es un lugar bastante conocido en internet, por lo que me resultó sencillo encontrarlo hace ya un par de años. Es un sitio que lo tenía marcado pero que nunca sabes si algún día tendrás la suerte de visitar. Pues bien, hace un año viajé con mi familia a las Azores, sin saber que al año siguiente estaría de Erasmus allí y podría visitarlo cuando quisiese, así que fueron cuatro días en los que no podía faltar la visita al hotel.
El clima en las islas es  húmedo y lluvioso, pero durante la estancia tuvimos suerte, días despejados y temperatura agradable. Subiendo a la cima donde se encuentra, una densa niebla comenzaba a aparecer. Pensé que llegaríamos y no se iba a apreciar ni el hotel ni sus vistas, pero fue cuestión de un rato y desapareció. La primera impresión de la fachada fue increíble, aun con la niebla estancada, parecía un edificio fantasma.
Según entras, te encuentras con un  impactante hall principal, con el techo al descubierto iluminando el mosaico del suelo, hecho por un artista este verano, encontrándose antes lleno de escombros. Me sorprendió ver cantidad de turistas curioseando por el lugar, ya que las vistas a los lagos desde las habitaciones del hotel son espectaculares. Habitaciones prácticamente iguales, totalmente vacías, donde te asomas al balcón y te sigues sorprendiendo del entorno donde te encuentras.
Un hotel cinco estrellas abandonado en lo alto de una colina donde alrededor no hay más que un hermoso paisaje.