La casa del baño decadente

 

Google maps es la mejor herramienta para encontrar lugares abandonados. Con el tiempo empiezas a distinguir mejores sitios, tejados en mal estado y fincas descuidadas son buenas pistas para dar con ellos. Una vez marcados es cuestión de ponerse en ruta y ojear su aspecto una vez delante.

En muchos en inviable entrar por diferentes razones, otros no tienen el aspecto que esperabas y simplemente no están abandonados, siempre hay algún acierto y muchos fracasos, esto es así.

La cuestión es currártelo y conseguir encontrarlos por cuenta propia, no hay mejor emoción que esa al recorrer un abandono y sorprenderte con las cosas que vas viendo.

En este caso, la casa ya está más que saqueada y el paso del tiempo ha generado importantes deterioros. A pesar de ello, me gusta retratar la belleza de la decadencia que tiene. El baño no tiene desperdicio, de los de antes, con azulejo azul, telas de araña en cada esquina, humedades por todos lados, hojas de los árboles por los suelos y una selva intentando penetrar por la ventana, un perfecto escenario para un anuncio de limpia baños.

El resto de la casa también era decadencia pura, con algún detalle bonito como el papel de las paredes en las habitaciones y algún mueble resistiendo contra todo.

La verdad que el aspecto exterior ya lo dice todo, la maleza lo cubre todo y en poco tiempo impide subir por la escalera de piedra que tiene de acceso a la vivienda.



















El monasterio adulterado

 



Cuando vas a un festival de música, en territorio inexplorado, y sabes que estarás a pocos kilómetros de un monasterio abandonado, uno no duda en pasarse por allí. Llegando al lugar, hicimos lo que solemos hacer en cualquier visita urbex, analizar. Nos dimos una vuelta por todo el perímetro del lugar, supervisando cual podría ser el mejor acceso para no ser vistos y poder fotografiar el sitio, por suerte, había una ventana accesible la cual había sido, incluso, forzada a pesar de tener los barrotes de seguridad. Viendo la situación de fácil acceso intuimos que, desgraciadamente, el lugar estaría saqueado, solo había una forma de comprobarlo…

El monasterio tiene su origen en el siglo XIII aunque el actual conjunto fue construido durante los siglos XVI y XVII con estilos gótico y barroco. En sus inicios, perteneció a la orden de los agustinos. Años más tarde, con la Desamortización de Mendizábal, fueron expulsados del monasterio y pasó a manos de unos afamados barones, convirtiendo el complejo religioso en vivienda rural. En 1977 fue adquirido y reformado por un fotógrafo y empresario para convertirlo en un hotel residencial. En la actualidad, pertenece a otro empresario hostelero que lo llevó a su cese de actividad y entrar en concurso de acreedores.

El monasterio carece de actividad desde 2016 y ha sufrido, desde entonces, una grave degradación y sucesivos intentos de expolio, algunos de ellos con éxito, por desgracia. Es una pena que este edificio declarado en 2007 Bien de Interés Cultural, se encuentre en estas condiciones de abandono.

Lo que más nos llamó la atención fue el casi perfecto estado de conservación del claustro, con complejos tallados y decorado con pinturas al fresco, a diferencia del resto del conjunto donde se pueden apreciar fácilmente las diferentes reformas que se llevaron a cabo, adulterando el bonito estado original.
La visita, como casi siempre, fue exprés. No tuvimos ni tiempo para poder apreciar los antiguos libros que se escondían en la biblioteca de la iglesia, muchos de ellos en latín, sin traducir. Esperemos que los próximos que vuelvan a entrar sepan traducirlos y no destruirlos…