El pazo podrido

 

En ruta por la Galicia profunda nos encontramos con otro pazo en estado de abandono. Son muchos los pazos en este pésimo estado, y es que los tiempos han cambiado y con ello la forma de vida. Lo que provoca en la mayoría de lugares la causa del abandono.

Este pazo ha sufrido alguna reforma con la intención de ser vendido de una manera más viable, ya que su estructura está en pésimo estado. Tras muchos años a la venta y más aun en estado de abandono, parece que todo sigue olvidado. El patio central es un zarzal que alcanza el tejado. Uno de los techos se ha derrumbado y cada año peligra más toda la estructura. Recorrer su interior fue toda una osadía ya que en todo momento se veían agujeros en el suelo, contemplando la bodega a tres metros de caída. Solo sobre las vigas principales podíamos movernos de forma segura. Ante todo la prudencia va antes que la fotografía. 

Lo que es increíble, es que a pesar del mal estado de todo el pazo, aun conserve mucho de su mobiliario. Podrido y decadente, pero fotogénico para lo que buscamos. En algunas habitaciones había incluso cartas y documentos de lo más antiguos. Indagando, conseguimos averiguar que el pazo perteneció a un importante notario de la provincia. En los documentos, escritos a pluma datados del siglo XIX, se podía apreciar autorizaciones jurídicas de terrenos y otras funciones ante diferentes entidades que parecían ser de buena categoría. Quien pudiera retroceder en el tiempo y conocer verdaderamente la historia de cada lugar.





















La casa cápsula 80´s

 

Jamás pensaría que tras saltar una verja que parecía no abrirse en muchos años y llegar hasta la puerta de la casa tras haber recorrido una escalera repleta de hiedra, me encontraría con un interior tan bien conservado, tanto es así que parecía no estar ante un lugar abandonado. 

Esta casa ha permanecido cerrada durante años, puertas y ventanas cerradas y sin ningún defecto en el tejado ni paredes que haga aparecer humedades. Solamente en las puertas de madera se notaba la carcoma y el moho que poco a poco las tiñe de blanco. Todo estaba en su lugar, cual cápsula del tiempo parada en los años 80. La verdad, desconozco los años en que los que lleva en este estado, pero viendo su degradado aspecto exterior (como sabéis, no suelo publicar los exteriores de los lugares para no ser reconocidos y protegerlos) podría llevar fácil diez o veinte años sin que nadie pise por aquí.

La casa consta de cocina, tres habitaciones, baño y salón-comedor. Toda esta llena de figuras, recuerdos y mobiliario ochentero, parece un escaparate de la vida en aquellos años. Ojalá perdure muchos más años en tan buen estado, incluso vale para volver a empezar una vida sin apenas reforma.

El cuadro del recibidor de "Abençoai este lar" parece que funciona.