La nave de las dianas


Nos adentramos esta vez en un gran almacén de diferentes marcas. Lo cierto es que antes de acceder no tenía muy claro en donde estaba entrando. La nave era enorme y obviamente con aspecto de abandono. Tenía un cartel de venta desgastado, muchas ventanas tapiadas y supuestamente estaba alarmada por securitas. 

Al acceder comprobé que todo estaba en total abandono y sin seguridad funcionando, así que con calma y los cinco sentidos puestos me dispuse a recorrerla y fotografiarla. Por el momento eran oficinas ya muy revueltas y pasillos encharcados de agua proveniente de numerosas filtraciones del techo, el cual estaba en pésimo estado en muchas zonas.

La sorpresa de este extraño lugar fue encontrar dos salas llenas de dianas electrónicas de competición. Unas dianas ya antiguas en el mercado de esta disciplina que por diversas circunstancias fueron quedando en el olvido dentro de esta nave. Muchas de ellas estaban despiezadas, en reparación o proceso de montaje y apiladas esperando un destino incierto. También había cajas llenas de circuitería y accesorios para el montaje de las dianas y un despacho con trofeos y carteles enmarcados de torneos locales en los años 90

La curiosidad de poder encontrar cualquier cosa marcó la emoción de este lugar. No se me olvidará el momento de entrar en una sala oscura y encontrar treinta dianas de bar apiladas. Vaya puntería.


































Casa do Sá-Carneiro

 

Nos perdemos de nuevo en la sierra portuguesa para encontrar los lugares abandonados mejor conservados. Alejada de las grande ciudades, en una zona de viñedos, se encuentra esta casa familiar de la que hace muchos años se encuentra en abandono.

Aquí se para el tiempo y todo queda en su lugar, solamente la naturaleza se abre paso penetrando puertas, ventanas, techos y allá por donde pueda.  Siempre impresiona encontrar escenarios así, donde casi todos los recuerdos familiares permanecen es su lugar acompañados de la decadencia del abandono.

Siempre es un misterio pensar en como todo a terminado de esta triste manera, con las memorias de una familia totalmente olvidadas, pero esto se repite y por lo que comprobamos, es frecuente. Muchas veces el fallecimiento de algún miembro o la falta de dinero son las causas de estos escenarios. Mientras recorremos y fotografiamos las estancias de esta cápsula del tiempo no dejas de pensar en ese misterio.

Esta casa seguramente perteneció a una familia de buena clase en la sociedad de aquel entonces. Hay varios cuadros del siglo XIX de militares, por lo que posiblemente el hombre ejerciera de esa profesión. También se ven muchos cuadros (ya de una época más reciente, años 70) con fotografías del político portugués Francisco Sá Carneiro, por lo que la familia podía tener una estrecha relación con el ministro. Sea o no sea así, todo se ha conservado en el tiempo durante por lo menos 30 años de abandono en esta casa familiar.