Del lujo al desastre



Este hotel abrió sus puertas a comienzos de los años 90 como referencia hotelera de la zona por sus modernas instalaciones. En el año 2004, el recinto fue adquirido por otro grupo hotelero, que mejoró sus instalaciones y amplió los servicios, con piscina climatizada y pistas de tenis, pero la categoría de cuatro estrellas que querían nunca llegó.
Con la crisis económica, la historia del hotel continuó por el camino de la amargura, cerrando sus puertas en 2012 con importantes pérdidas económicas. A partir de ese año el hotel sufre continuos saqueos, hasta llegar a un punto exagerado de robo de material (paredes y techos) y vandalismo. Poco a poco se fue haciendo viral hasta convertirse en un verdadero campo de batalla. Fue una pena haber llegado tarde a este lugar y no poder disfrutarlo en sus primeros años de cierre, aun con unas condiciones impolutas. Aunque esto es como todo, el paso del tiempo con la visita de algunas personas altera el lugar como si pasara un huracán. Es por eso que ni oculto los carteles con el nombre del hotel, su estado ya es lamentable en esta exploración de comienzos de 2017, ahora es un verdadero campo de batalla. Para contrastar aun más el estado inicial y final de este hotel, van imágenes mezcladas de ambos estados (imágenes extraídas aun de webs de reserva de hoteles. Después de seis años de cierre y desastres, alguno/a llamará para reservar habitación).




































Un par de capillas



Ya en tierras portuguesas, la ruta es casi siempre interrumpida por varios lugares improvisados vistos de camino. Fachadas viejas, puertas y ventanas que hace años que no se abren y fincas descuidadas con aspecto de selva es atractivo para parar y explorar.
 En este caso se trata de dos lugares relativamente cerca uno del otro en los que lo que más nos llamó la atención fueron sus bonitas capillas. En el primer lugar se trata de una "freguesia" o parroquia vecinal que además de la iglesia también tenía anexo un bar estancado en el tiempo. El segundo lugar se trata de una especie de albergue, con varias instalaciones vacías además de la capilla. En ambas se percibía aun esa calma que trasmiten estos lugares de culto, y al estar abandonadas, la sensación era doble.

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