El secadero de bacalao


Esta nave fue construida a principios de los años 60. En sus primeros años de actividad funcionó como conservera, de ahí su alta chimenea. Más tarde y ya hasta su abandono a finales de los 80, la estructura sirvió como secadero de bacalao.
El sistema de secado era el de toda la vida. Después del salazón, se colgaba el bacalao en un ambiente seco durante muchos meses para así poder preservarlo y conseguir que no se pudra con el tiempo, además de intensificar su sabor.
La nave lleva más de 30 años abandonada y solo se conserva la estructura, los pilones de lavado y una gran chimenea. Su deterioro se intensificó con las personas que se albergaron allí durante unos años. Una pena que tenga que haber cantidad de gente sin techo donde dormir que se resguarda en sitios así, conllevando además el deterioro del lugar y la pérdida de su encanto.
Ahora las instalaciones pertenecen al ayuntamiento, el cual desarrolló un proyecto de urbanización que nunca llegó a iniciarse.












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