Este antiguo
hostal-restaurante cerró hace ya veinte años, desde esas se nota que ha sufrido
ya varios robos y constantes entradas de gente. Había muchas puertas
forcejeadas y mucho desorden en las habitaciones. Pero en cambio, desde hace
varios años el lugar parece haber perdido lo valioso que tenia y quedó estancado
en el tiempo. Había aves disecadas en mitad de los pasillos y figuras poco
acogedoras en las habitaciones, y entre el frio y la oscuridad la visita fue un
tanto incomoda. El espacio más atractivo de este lugar quizás sea la terraza,
donde se situaba el restaurante. El aspecto es realmente siniestro, con los
techos caídos, las mesas y sillas podridas por los suelos y la vegetación del
lugar apoderándose poco a poco de todo. También tenía una zona exterior que
ahora está totalmente invadida por las zarzas, se hizo casi imposible explorar
esa zona aunque si se apreciaba un viejo coche destartalado pero que no merecía la pena ni ver el modelo. La verdad es que el lugar resultó complicado de explorar, no todo abría y a veces la ventana y el balcón eran el camino que te llevaba a la siguiente zona.
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