El hotel elegante

Este hotel lleva estancando en el tiempo desde su cierre en 1998.

Ya ha sufrido bastantes saqueos y vandalismo pero a pesar de ello, conserva su esencia en la elegancia de sus pasillos y habitaciones. 

De un estilo clásico portugués, aunque sin azulejos, el hotel aun merece la pena ser visitado por la antigüedad perpleja en numerosos objetos y rincones que aun mantienen una gran belleza. Uno de ellos es la escalera principal, ya sin la estátua de su fundador ni barandillas pero si su alfombra y la elegancia. A mano derecha se encuentra el comedor, aun con las mesas y sillas puestas como esperando por los comensales veinte años después del cierre. La cocina se podía ver en un extremo del comedor, muy intacta, pero para acceder era demasiado peligroso, ya que apenas quedaba suelo estable en pie. El resto de estancias son pasillos y habitaciones de diferentes usos, con bodegas y almacenes en la parte baja, en donde además de telas de araña y podredumbre se encontraban verdaderas antigüedades del hotel. 

Por reportajes de otros exploradores, el hotel hace apenas dos años se conservaba perfectamente, apreciando mucho mejor la elegancia que tenía en sus años de esplendor. Pero ahora, en general es triste ver como alguien ya ha arrasado con todo como en tantos otros lugres donde lo único que se debería tener es admiración y respeto.

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