Esta es una antigua taberna abandonada superviviente entre el urbanismo y desarrollo de la ciudad. Llevaba toda la vida en el barrio sirviendo tapas y bebidas. Era de esos lugares que solo parecía ser frecuentado por clientes de toda la vida, jugando a las cartas, viendo el fútbol y bebiendo cerveza tras cerveza. Un lugar humilde afectado por la crisis económica que se obligó a cerrar en 2011.
Tras casi diez años cerrado y la retirada de mucho material, aun mantiene algo su esencia. Conserva botellines de gaseosa Lapitusa, todo un clásico ya desaparecido. El techo de madera se ha empezado a desprender y con el tiempo todo se vendrá abajo si nadie salva milagrosamente este lugar.
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