La casa del billar

 

En el fascinante mundo de los abandonos nunca se debería de descartar de explorar un lugar por su apariencia. Existen lugares con exteriores imponentes o con muy buena pinta para explorar que al adentrarse descubres que no merecen la pena. Y viceversa, lugares con peor aspecto, que poco llaman la atención en los que descubres cosas muy interesantes.
Es el caso de esta casa, con una fachada que apenas dice nada, me adentré con poca expectativa de lo que podía encontrar. Lo único que me llamaba la atención de la casa era su clara dejadez, con un jardín completamente selvático y con hiedras llegando a su tejado.

Asomándome por dos ventanas comprobé que guardaba un interior más conservado de lo que aparentaba. Y tanto si se conservaba, entre otras cosas interesantes, el salón guarda un billar francés (sin agujeros) perfectamente conservado, con sus tacos y un marcador de puntos de madera creado por el mismo artesano que el billar. Un tal Camilo del que no obtuve más información en internet.
La verdad es que daban ganas de jugar unas partidas pero el respeto por este tipo de lugares va primero. Exploro, fotografío, y para afuera, sin huellas de haber estado por allí.

































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