La casita intacta

 

El paso del tiempo pasa para todos, pero no de la misma manera. 

Nos adentramos en una pequeña casa de pueblo la cual lleva cerrada más de veinte años. Aunque no lo parezca, su aspecto exterior es de completo abandono, con un camino de acceso principal tupido por la maleza. 

Todo se mantuvo guardado intacto tras la marcha de sus dueños, quien sabe con qué razones, pero ellos ya se habían encargado de conservarlo todo lo máximo posible cubriendo los muebles con unas mantas.

Cuando nos encontramos con este tipo de escenarios, suponemos que los propios dueños ya son conscientes de que la casa va a estar deshabitada durante una buena temporada, queriendo conservar en lo posible los muebles. Pero, en ocasiones como semeja que es esta, esa temporada se convierte en eterna cuando parece que ya nadie clama por la propiedad.

Pasan los años y todo sigue esperando una perpleja llegada de vida que no llega. Nuestro respeto por el lugar es máximo, dedicándonos únicamente a ver y fotografiar la vivienda, la cual parece una cápsula del tiempo que transporta a otra época, ochentera o noventera por todo su menaje.




























No hay comentarios:

Publicar un comentario