Esta gran nave de oficinas se construyo a principios de los
años 50 como ampliación de una importante compañía de astilleros. La compañía
se dedica a la fabricación de buques pesqueros de gran tonelaje, de hasta 200
metros de eslora. La plantilla del astillero en aquella época estaba formada
por 150 empleados y 1200 operarios, que con los años fue aumentando llegando a ser una potente empresa manufacturera. Los
problemas empezaron con la crisis del petróleo en la década de los 70, hasta su
cierre definitivo junto con otros astilleros en los años 80. La nave se
conservaba perfectamente hasta que se derribó y vació parte de su estructura
hace siete años. Ahora, en la gran explanada donde antes había naves de
construcción solo quedan restos de vigas y tuberías, además de un viejo tractor
ebro55 y alguna grúa comida por la vegetación. En la nave de oficinas solo se conserva
algún plano rebuscando entre los escombros.
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