Esta vieja prisión fue construida a mediados del siglo XIX para reclutar a personas que fueran contra la ley, la mayoría rebeldes de la dictadura franquista. Fue cerrada en 1987 y desde entonces la estructura lucha contra las humedades y derrumbamientos. Desde hace 15 años las instalaciones pertenecen al ayuntamiento, que como tantos otros sitios, el proyecto de reconstrucción y recuperación de la zona queda paralizado. A pesar de su deterioro y fuerte vandalismo en muchas zonas, recorrer el edificio termina siendo una experiencia impresionante. Me imaginaba la vida de los presos, deambulando por los pasillos, hablando con familiares en las salas de vis a vis o tomando el sol en el patio central, hoy en día repleto de maleza.
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