Esta antigua quinta del siglo XIX pertenecía a una familia adinerada de la época. Como bien se refleja en muchos cuadros repartidos por toda la casa, la familia tenía destacados rangos militares. Tanto es así, que a esta casa se le conoce como la casa del comandante, distinguida por la gente del lugar.
La vivienda aun se va conservando bien debido a su lejanía con las grandes ciudades, pero con su fácil acceso no se salva de los robos. Por desgracia muchos cuadros y objetos ya han desaparecido. Aun así, el mobiliario que perdura te hace una idea del poderío de la familia en aquella época. Tener un piano de pared no estaba en las manos de cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario