Vuelta a los barracones


Volver a este lugar siempre es sorprendente. El paso de los años y el poder de la naturaleza hace esconder cada año más los edificios de esta escuela militar entre la vegetación.
La visita comenzó con este primer edificio de barracones y alojamiento de dotación. Hacía algo más de dos años que no volvía, parece que todo estaba igual, hasta recordaba ese mismo olor a estancado. Es un edificio con salas enormes repletas de colchones y baños para un buen regimiento. Contaba también con cafetería, zona de comedor común, zona lúdica, un pequeño taller y un par de salas llenas de espejos con una estética diferente que aun no supe reconocer bien su función. La verdad es que el lugar se presta para hacer buenas fotos y merecía la pena volver con mejor cámara. Pronto subiré más reportajes de otras zonas de este complejo militar en donde solo habita el tiempo.

























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