Un par de capillas



Ya en tierras portuguesas, la ruta es casi siempre interrumpida por varios lugares improvisados vistos de camino. Fachadas viejas, puertas y ventanas que hace años que no se abren y fincas descuidadas con aspecto de selva es atractivo para parar y explorar.
 En este caso se trata de dos lugares relativamente cerca uno del otro en los que lo que más nos llamó la atención fueron sus bonitas capillas. En el primer lugar se trata de una "freguesia" o parroquia vecinal que además de la iglesia también tenía anexo un bar estancado en el tiempo. El segundo lugar se trata de una especie de albergue, con varias instalaciones vacías además de la capilla. En ambas se percibía aun esa calma que trasmiten estos lugares de culto, y al estar abandonadas, la sensación era doble.

1º  ↓
















2º  ↓










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