Esta enorme fábrica de tejas y ladrillos fue construida en 1935 por un conocido empresario promotor de más de una factoría por aquellos años.
La fábrica mantuvo su actividad durante varias décadas, exportando toneladas de ladrillo extraído directamente desde una propia cantera de arcilla en las inmediaciones de la fábrica.
En los años sesenta contaba con una plantilla de 65 trabajadores. Llegado el año 2000, otra empresa adquiere la fábrica y con ello empieza su decadencia. Fue vendida tres años más tarde, entrando en quiebra y cerrando definitivamente en 2004.
Desde ese año el recinto permanece en estado de abandono, pero como veréis mantiene la esencia de lo que fue una gran empresa.
La estructura del edificio es realmente bonita, con una enorme fachada de ladrillo, no podía ser de otra manera. Digna de ser recuperada como patrimonio industrial de la región.
Después de retirar mucha de su maquinaria y estructura, el espacio que queda en su interior es enorme, iluminado con luz natural por grandes tragaluces en su logrado tejado. En un lateral mantiene los túneles de calor y secado y largos raíles de vagonetas de carga. También alguna maquinaria pesada y archivos desperdigados por varios edificios anexos al principal.
La cantera de donde extraían directamente la arcilla quedó convertida actualmente en una gran laguna donde incluso conviven varias familias de patos.
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